Ir a ver con tu amigo a una chica cantar no parece nada del otro mundo, bueno vas más que todo porque es una invitación y hay comida gratis. La cosa cambia cuando ves que la cantante está buena, y peor aun ella da señales de que le gusta a tu amigo.
Lógicamente lo retas a este a ver si te la levantas, y la verdad no fue para nada complicado el lograrlo. Es allí que te das cuenta que la flaca no solo es cantante, también es de mente abierta y está dispuesta a coger por placer porque si.
Si tan solo así fueran todas las invitaciones con orquesta a las que voy...