Un vato hetero me escribió, directo al grano: necesitaba una apoyo, y yo andaba caliente… Así que llegamos a un acuerdo. No se había dejado nunca, así que lo traté con calma, con respeto, calentándolo poco a poco, preparándolo con lengua y caricias hasta que se aflojara. Al principio estaba tenso, respirando fuerte, pero cuando sintió que entraba, suavecito, se le empezó a ir la voz.
Le fui dando lento, saboreando cada reacción, hasta que él mismo me pidió más. Y ahí fue cuando lo agarré bien y se la dejé ir con ganas. Se escuchaban los choques de cuerpo con cuerpo, sudando, gimiendo bajito, sin poder creer lo que estaba sintiendo.
De esos encuentros que empiezan por necesidad… y terminan con puro placer animal 🔥💦