La carretera se convierte en el escenario de un encuentro erótico cuando un maduro, Jean
Pallett y una joven de veinte años, María Gail, deciden llevar su deseo a niveles extremos.
Dentro del auto en movimiento, cada curva y acelerón alimenta su pasión, con juegos atrevidos
que desafían los límites del control. La excitación crece hasta que encuentran un lugar apartado
para estacionar, donde la intimidad se desboca en un frenesí de placer. Aquí, en la quietud del
vehículo detenido, se entregan a un clímax de intensidad que solo la combinación de juventud y
experiencia puede alcanzar.