La historia comienza con una doble transgresión: una alumna que abandona el aula y un novio que abandona la cita. Es el escenario del vacío perfecto.
En ese limbo de la espera, en esa pausa de la responsabilidad, irrumpe la figura de autoridad: el Profe Beto . Pero no llega como un ejecutor de la norma, sino como un falso profeta. Él no amenaza con el castigo; él seduce con la promesa.
Él le habla de futuro , de potencial , de regresar al camino . Utiliza la narrativa del cuidado y la mentoría como el vehículo perfecto para su deseo.
Él ofrece llevarla a clases , pero esta promesa es una perversión semántica. El destino no es la escuela, es un motel. El aula se convierte en el espacio del deseo clandestino, y la lección es una cruda demostración de poder. El maestro utiliza la retórica de la salvación para ejecutar el secuestro de la voluntad.
Al final, la gran pregunta no es sobre la alumna que se fuga, sino sobre la autoridad que la corrompe. ¿Qué sucede cuando